HONGOS
ZETAS, TRUFAS, HONGOS MÁGICOS
Sustancias psicoactivas de carácter enteógeno, cuya definición significa Dios en mí.
¿QUÉ SON?
Por mucho tiempo y a través de la historia, las culturas precolombinas, como los mayas y los aztecas, presentan símbolos, estatuas y pinturas que revelan que consumían hongos psilocibes, en especial en rituales religiosos, como método para comunicarse con los dioses. Se cree que la “carne de los dioses” o teonanácat, como la llamaban los aztecas, era cierto tipo de hongo mágico. Otras tribus de origen mesoamericano como los nahuas, mazatecas, mixtecas y zapotecas también participaban del consumo de hongos psicoactivos por razones similares.
Estos hongos, que por generalidad son ricos en sustancias psicoactivas del tipo triptaminico, principalmente psilocibina y psilocina eran los causantes (desde hace miles de años) de concederles experiencias espirituales en medio de rituales a los antiguos indígenas y chamanes americanos.
Actualmente existen 186 especies de este tipo de hongo en el mundo. En Colombia solo germinan 19 de las cuales solo unas pocas son ampliamente consumidas. Las más comunes y conocidas son: Psilocybe columbiana y Psilocybe cubensis. Pueden alcanzar una altura de 8 a 15cm. El sombrero es plano de entre 2 a 8 cm de diámetro. Su color varia bastante, desde blanco casi puro con una mancha dorada en el centro, hasta café claro con la misma mancha. El tallo es blanco – cremoso o amarillo – amarronado. Cuando se lesiona o arranca, el hongo adopta un color azul-verdoso en la lesión, producto de la exposición de la psilocibina al aire.
Psilocybe cubensis
HISTORIA Y ESTADO LEGAL EN COLOMBIA
La psilocibina y la psilocina son las sustancias encargadas el alterar y modificar el sistema nervioso, para provocar un estado alterado de conciencia. La psilocibina es aislada y fue a finales de la década de los ’50 que el padre del LSD, Albert Hofman, motivado por el interés espiritual, chamánico y de ritual por parte de las comunidades indígenas americanas extrajo la psilocibina de los hongos. En sus inicios esta sustancia se utilizó exclusivamente para tratamiento clínico psiquiátrico demostrando efectos positivos, medicinales y curativos para los pacientes. Con el tiempo se filtró su efecto psicodélico a la comunidad regular obligándole a una salida del consultorio para empezar a utilizarse de manera recreativa. Este efecto social provoco que esta sustancia, junto al LSD, fueran fiscalizadas y declaradas como ilegales en muchos países del mundo. En Colombia según la Ley 1453 del 24 de junio de 2011, en el Artículo 376 la cual habla sobre el tráfico, fabricación o porte de estupefacientes. El país se suscribe a la fiscalización de todas las sustancias que se encuentren contempladas en los cuadros uno, dos, tres y cuatro del Convenio de las Naciones Unidas sobre Sustancias Sicotrópicas, convirtiéndose en ilegal el porte de esta sustancia en base pura y en estado sintético (Psilocina y psilocibina pura en capsulas o cristales), sin embargo, no existe restricción alguna por adquisición, porte y consumo de hongos en vida natural y libre.
PRESENTACIÓN:
Puede presentarse en forma de hongo, fresco o seco, en forma de trufas o en polvo (algunas veces pulverizado).
EFECTOS
Enteógeno: palabras del griego éntheos (ἔνθεος) que significa “(que tiene a un) dios dentro” y génos (γένος) que quiere decir “origen, tiempo de nacimiento”.
La psilocina y psilocibina hacen parte de los enteógeno más antiguos usados en la historia chamánica y espiritual humana. Una vez incorporadas estas sustancias al organismo, se modifica la afectividad, la relación con el entorno y el comportamiento. Dependiendo de la dosis, se producen fenómenos psico-sensoriales intermitentes.
Proporciona un estado de consciencia onírico-visionario con una percepción incrementada.
Algunos de los efectos pueden ir desde cierta hilaridad, desinhibición, locuacidad o risas (inicio del viaje y a dosis bajas): pasando a un estado de calma y tranquilidad, acompañado de una sensación de lucidez y claridad mental. A medida que aumenta la dosis pueden aparecer alucinaciones visuales y auditivas, sinestesia de todo tipo, aumento en la sensibilidad de los sentidos, distinta percepción del tiempo, sentimiento de unidad y comprensión con el entorno, profundas nuevas perspectivas de la realidad y el espacio, estados místicos y de pensamientos existenciales hasta estados de introspección muy profundos. No obstante, la alteración de las emociones, las percepciones y el pensamiento pueden provocar en el usuario miedo o angustia llegando a provocar un “mal viaje” pasando de una experiencia agradable a una de paranoia, ansiedad, horror y desestabilidad emocional. Los efectos a nivel físico pasan por un aumento de la temperatura corporal, alteraciones gastrointestinales (especialmente náuseas o vómitos), trastornos perceptivos, pérdida del equilibrio, aumento de la sensibilidad al tacto y dilatación de pupilas.
Dependiendo de la dosis, preparación y alimentación del usuario los efectos pueden aparecer entre los 10 minutos y 1 hora después de la ingesta presentando un pico o punto máximo a las 2 horas.
La duración total de la experiencia varía entre las 4 y las 6 horas. Con un periodo de máximo dos horas de recuperación hasta regresar a la normalidad.
DOSIS
La manera más recomendable de consumo de una zeta mágica es en estado seco. Cuando se secan los hongos psilocybe la psilocina se transforma en psilocibina resultando en un aumento de la dosis y el efecto enteógenico del mismo.
Es preciso conocer la potencia de la especie a consumir. Todas las especies tienen distintas medidas que varían con el peso y el metabolismo del usuario. Antes de consumir algún hongo mágico procure investigar e informarse, ayudará a tener una mejor experiencia. En la siguiente tabla se muestra la cantidad promedio:
Psilocybe Cubensis | Adulto 75 kg |
Baja (gramos) | 0.25 – 1 |
Media (gramos) | 1 – 2.5 |
Alta (gramos) | 2.5 – 10 |
REDUCCIÓN DE RIESGOS Y DAÑOS
Contraindicaciones:
El consumo debe evitarse completamente:
- En niños y mujeres embarazadas o en lactancia.
- Personas alérgicas a la sustancia.
- Afección renal, insuficiencia hepática o epilepsia.
- Trastornos psicológico o depresión. (podría agravar el diagnostico).
- Conducir o manejar maquinaria pesada.
Precauciones:
Es indispensable que el ambiente y el estado de ánimo sean lo más óptimos para una experiencia positiva, mística y perdurable y así evitar “el mal viaje”.
Esta sustancia al ser tan susceptible al ambiente, no se aconseja consumir en ambientes cerrados, concurridos o de mucho ruido pues sería un catalizador perfecto para el mal viaje. Se recomiendan espacios abiertos y con mucha naturaleza.
Para evitar el vómito es aconsejable no consumir con el estómago lleno.
Evitar realizarlo solo. Es necesario que alguien pueda cuidar la experiencia y así evitar percances.
Menos mezclas con otras sustancias = menos riesgos y más placer.
Evite consumir si se padece algún cuadro o trastorno mental que además requiera de medicamentos psiquiátricos pues esto puede empeorar el cuadro clínico presentado.
RECOMENDACIONES
No consumir si se encuentra en un estado anímico de nerviosismo, cansancio mental, alterado o con problemas psicológicos como depresión o angustia, pues la percepción y asimilación mental y psicológica se encuentran alteradas por lo que se puede tener o desencadenar en un “mal viaje” que provoque una psicosis o una paranoia.
Evitar consumir si se tienen responsabilidades u obligaciones inmediatas e importantes en los días siguientes.
Antes de hacer uso de la sustancia, debe existir un ambiente cómodo para el usuario: personas de confianza junto a un espacio agradable y seguro (cerca de la naturaleza) pueden resultar indicados para una agradable experiencia.
Efectos secundarios:
Dilatación de las pupilas, bajada de la presión arterial, desorientación, náuseas, diarrea, escalofríos, vértigos, boca seca, sudoración, leve aumento de la temperatura corporal.
INTOXICACIÓN
No se han descrito casos de muerte por sobredosis puesto que el propio organismo rechaza la sustancia a través del vómito y no permite grandes ingestiones en una sola toma.
La psilocibina y psilocina no causan adicción ni dependencia física. El uso frecuente, en cambio, genera una rápida tolerancia, de modo que el consumo deja de producir efecto. La tolerancia disminuye tras unos días de abstinencia.
El Mal Viaje
El consumo de enteógeno suele realizarse por generalidad en lugares amplios con bastante naturaleza ya que tienden a ser sustancias muy susceptibles al entorno y al espacio. Los lugares, concurridos, con altos niveles de ruido, cerrados o con poca ventilación pueden desencadenar una desagradable experiencia.
En caso de mal viaje se recomienda tranquilizar al usuario y alejarlo de las condiciones o lugar donde se encuentre. Dirigirlo a un lugar tranquilo, ventilado y sin tumulto puede ayudar.
Tener siempre presente que “Todo lo que sube tiene que bajar” y que en cualquier momento pasará el efecto. No presionar con preguntas y dejar que el usuario se tranquilice por sí mismo.
INTERACCIONES CON OTRAS SUSTANCIAS
Hongos + Alcohol: Enturbia y distorsiona la experiencia aumentando las náuseas, dolor de cabeza y otros efectos físicos derivados del consumo de psilocibina.
Hongos + estimulantes (Cocaína, anfetaminas, met, etc.): Disminuye los efectos psicodélicos y enteogénicos.
Hongos + Ansiolíticos (benzodiacepinas): Disminuye el potencial visionario produciendo letargo y enturbiando la experiencia.
Si se padece algún problema hepático, renal o psicológico (depresión, esquizofrenia, etc) que requiera medicación, es mejor abstenerse pues, puede empeorar su condición física o psicológica.
Si se están usando algún tipo de IMAO (inhibidores de la monoaminooxidasa) no es recomendable el consumo pues se sostiene por más tiempo la psilocibina dentro del cuerpo provocando unos efectos tan potenciados que pueden llegar a provocar un descontrol en la experiencia.