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RAVE: Guía de buenas practicas para la gestión de placeres, la reducción de daños y el bienestar en los espacios de fiesta

RAVE: Guía de buenas practicas para la gestión de placeres, la reducción de daños y el bienestar en los espacios de fiesta

EL/LA Rave y la cultura de la música electrónica llegaron hace años a Colombia para quedarse impactar y generar cambios en la forma de disfrutar, apreciar la música e identificarse con un movimiento contracultural. La escena electrónica y el movimiento Rave son mucho más que música: han sido una confluencia de las artes plásticas, audiovisuales y electrónicas para generar una atmósfera propicia hacia el disfrute colectivo.

Festivales pioneros como Bogotrax de la mano con colectivos como Mutaxion en el año 2003 fueron influyentes para consolidar una escena en la capital del país. La música electrónica en Bogotá ha sido un fenómeno único que, a pesar de estar influenciada por otras ciudades, en su mayoría europeas, se ha ido enriqueciendo con el día a día dando paso a una cultura que respira creencias e identidades propias y que va en crecimiento al mismo ritmo de la ciudad (Jimenéz León & Jimenéz Pesca, 2019: 4).

Con el paso de los años, esta cultura -con su diversidad de géneros y tendencias estéticas y éticas- se ha expandido desde sus inicios en la capital hacia el resto del país, a través de diferentes colectivos, promotores, DJ y productores, logrando un crecimiento exponencial, que ha posicionado al país como una gran plaza para América

Latina. Cada día la escena sigue tomando fuerza desde el underground hacia el mainstream; y ha conseguido generar toda una cultura alrededor de la música, el entretenimiento, el estilo de vida, y claramente (debemos decirlo sin tapujos) el consumo de sustancias psicoactivas legales e ilegales.

En sus inicios, esta escena se había caracterizado por ser inclusiva, tolerante, sin barreras, libre de racismo, transfobia y clasismo. Sin embargo, a pesar de ser un nicho muy valioso de encuentro, de cultura, de diversidad y entretenimiento, este ha sido opacado por comportamientos misóginos, clasistas y elitistas hacia los y las asistentes, así como también por la estigmatización que sobresale hacia el consumo de drogas y las personas usuarias. Otros factores que han afectado la escena, principalmente durante la pandemia, han sido las condiciones de seguridad y bienestar en la fiesta, que se vieron particularmente desmejoradas, poniendo en peligro a cientos de personas a lo largo de Colombia. La cultura del Rave históricamente se ha construido a los márgenes de la legalidad, de los permisos, de la institucionalidad; sin embargo, los riesgos asociados a la clandestinidad han aumentado significativamente.

En la mesa de diálogo final entre productores y asistentes a las fiestas quedó claro que las principales debilidades de la escena después de la post pandemia, han sido fruto del desconocimiento sobre el fenómeno, que ha resultado en la falta de articulación entre quienes producen los espacios de fiesta y la institucionalidad pública; evidenciado en deficiencias para comunicar especialmente a las nuevas generaciones, la esencia del rave, la música electrónica y el consumo de drogas que allí se presenta. Está claro para todos los actores que la música electrónica, y en especial la música techno, está de moda con los riesgos de superficialidad y frivolidad que esto implica; una moda jalonada por la ligereza de las redes sociales y el afán por aceptación en un mundo de likes.

En el mismo diálogo, donde se presentaron los hallazgos del diagnóstico, también quedó claro que las principales amenazas para el desarrollo de la escena son las violencias

de todo tipo: de género, mediáticas, sociales y sobre los cuerpos con el abuso de sustancias.

La calidad de las sustancias, el desconocimiento sobre ellas, el abuso y las prácticas de consumo, son de los principales factores de riesgo identificados. El componente económico, la devaluación y los costos versus las ganancias, ponen en riesgo el mercado de la música electrónica que, sin duda alguna, ha posicionado a Colombia, y especialmente a Bogotá, como una de las grandes plazas del techno en el mundo.

Por último, todos los actores de la escena concuerdan en que la pandemia ha tenido un efecto claro en la salud mental de las personas asistentes a los eventos, el público y, especialmente, entre los más jóvenes que han visto que la vida es muy frágil, que se puede acabar en cualquier momento y que después de la pandemia han querido vivir al máximo en los espacios de fiesta, muchas veces con un consumo de drogas desenfrenado. Por otro lado, está la salud mental de los productores y promotores de eventos que vieron desaparecer años de trabajo en un año de cuarentena, con todas las fiestas cerradas; ellos ahora quieren recuperar el dinero, el tiempo y la vida perdida a costa de su salud mental, estrés, quebrantos económicos, devaluación monetaria, inflación, etc.

En ambos lados de la baranda, muchos no se dan cuenta que su salud mental está afectada y que la fiesta no solo se convierte en ese lugar de cultura, diversión y negocio, sino también en el único espacio de catarsis y terapia. Casi siempre en compañía de las drogas.

La fiesta, como un ejercicio de ocio, entretenimiento y bienestar, es un derecho de todas las personas. Sin embargo, como toda práctica social que está inmersa dentro de un contexto de múltiples interacciones, existen variables que muchas veces están ajenas al control de un solo actor. De ahí la necesidad de crear una guía que integre – a partir de un ejercicio de co-creación con los principales actores – la identificación y solución de las necesidades que actualmente se presentan en este ambiente.

Uno de los objetivos de la presente guía es neutralizar los efectos negativos que la pandemia tuvo en los entornos de fiesta. Esperamos con ello promover mayores garantías de salud y seguridad para el desarrollo óptimo de los eventos y mejorar las condiciones de bienestar en la fiesta. Además, brindar herramientas para afrontar los riesgos y daños que un mercado no regulado de sustancias establece para la salud pública de las personas.

A continuación, les presentamos la presente guía, construida de forma colectiva con asistentes y productores de música electrónica. Este documento es la conclusión de un proceso donde pudimos dialogar con diferentes actores, conocer sus expectativas, experiencias, frustraciones y los obstáculos que se les presentan.

Durante más de una década hemos venido poniendo en práctica, validando y contextualizando en nuestro país diferentes estrategias internacionales e innovaciones propias para implementar acciones y servicios para el cuidado de la salud de las personas, el bienestar en la fiesta y, además, para realizar un cambio cultural estructural frente al consumo de sustancias psicoactivas legales e ilegales, en un mundo que está dejando atrás la prohibición y avanza hacia la regulación de los mercados de drogas en medio de una transformación del paradigma.

Hemos sido pioneros a nivel latinoamericano, y reconocidos a nivel mundial, como una de las experiencias más exitosas en este campo. Hoy y aquí queremos dejar todo este conocimiento acumulado al alcance de todas las personas y actores involucrados, y, de están manera, ampliar nuestra estrategia pedagógica.

En la presente guía encontrarán un breve resumen acerca del proyecto Échele Cabeza, que – a partir del desarrollo de estrategias innovadoras y constantes desde un enfoque de reducción de daños y gestión de riesgos y placeres – se viene implementando con personas consumidoras en todo el país (principalmente Bogotá, Cali y Medellín); además de compartir los servicios con los que cuenta actualmente.

Por otro lado, se profundiza en las diferentes necesidades del proyecto, con el fin de fundamentar y justificar el desarrollo del ejercicio con los actores en la fiesta, quienes en una actitud de colaboración activa, aportaron información invaluable para la construcción de la guía.

Igualmente, buscando que todo público lea el presente documento y pueda entenderlo de manera contextualizada, se brindan breves definiciones de conceptos básicos.

En el segundo punto se exponen de forma clara y precisa los diferentes resultados de la experiencia que cada actor tiene en la fiesta (asistentes y productores), evidenciando los deseos, expectativas, obstáculos y limitaciones que encuentran en este contexto común y compartido, pero que se viven de forma completamente diferente.

Teniendo en cuenta la información recolectada se establece una guía de buenas prácticas tanto para productores y asistentes, como también recomendaciones que desde la institucionalidad se pueden realizar con el objetivo de mejorar significativamente las condiciones y garantías de las personas.

Y, por último, se esbozan una serie de conclusiones a partir de todo el trabajo realizado.

Se espera que con esta guía se logre generar un impacto significativo hacia todas las personas protagonistas de la fiesta y con esto no solo mejorar la experiencia de los usuarios en la fiesta, sino también ofrecer facilidades y herramientas a quienes buscan desarrollar eventos de calidad.

Aqui toda la guia

Descargar (PDF, 16.05MB)

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