Entre el fusil y el glifosato
Estefania Villamizar – E. Ciencias Políticas
Voluntaria Échele Cabeza
En los últimos días el gobierno de Iván Duque, por medio de un decreto, manifestó su intención de reanudar la aspersión con glifosato, la cual, se supone, debe cumplir con las condiciones establecidas por la Corte Constitucional en la sentencia T-080 del 2017, que hasta ahora había suspendido esta reprochable política. Al mismo tiempo, a lo largo y ancho del territorio se asesinan diariamente líderes sociales, cuestión íntimamente relacionada con los programas de sustitución de cultivos. Así las cosas, el gobierno deja sin alternativas a quienes, ya de por sí, no las tienen, todo por la necedad de mantener las mismas políticas retrógradas e inútiles, que no funcionan, que son violentas y arbitrarias, pero fáciles de defender desde el escritorio.
Sobre el glifosato
Aunque la senadora María Fernanda Cabal afirme que el glifosato se usa para todo, y que quienes criticamos su aplicación para fumigar cultivos no sabemos ni siquiera de jardinería, pues se usa hasta en el café, existe evidencia de los efectos nocivos de este herbicida, no solo en la salud, sino en otros cultivos que se pueden ver afectados por la aspersión aérea, así como su ineficacia para reducir las hectáreas de cultivos ilícitos.
Por un lado, el glifosato es un herbicida no selectivo de amplio espectro, lo cual quiere decir que afecta a distintas plantas, indistintamente si son o no de uso ilícito, impactando otros cultivos y la vegetación aledaña. Igualmente, el uso de glifosato tiene consecuencias sobre fuentes hídricas, y hay evidencia de los daños que genera en los ecosistemas colindantes a zonas donde se usa el glifosato (FEARNSIDE, FERRANTE , & FEARNSIDE, 2020). Ahora, sobre los efectos en la salud humana, es necesario mencionar que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, asociada a la Organización Mundial de la Salud, clasificó en el 2017 al glifosato en el grupo 2A, a partir de una limitada evidencia de carcinogenicidad en humanos y suficiente evidencia de carcinogenicidad en animales (IARC, 2015). Igualmente, según la monografía referenciada, se reconoce una fuerteevidencia de genotoxicidad (daños en el material genético) causada tanto por glifosato puro, como por preparaciones comerciales con glifosato. Así mismo, hay indicios sobre daños dermatológicos, respiratorios y gastrointestinales e incidencias en la mortalidad infantil, abortos espontáneos y una relación con el aumento en la probabilidad de desarrollar un tipo de cáncer llamado linfoma no Hodgkinken personas expuestas al glifosato (Salazar López & Aldana Madrid, 2011).
Ahora, aun suponiendo que el glifosato no es dañino las personas, ni los animales, ni los ecosistemas, vale la pena preguntar ¿es efectivo? La respuesta corta es no. La resumida es que existe evidencia de que la erradicación forzosa no ha servido para reducir las hectáreas de cultivos ilícitos, más aún, la rancia estrategia de perseguir la producción de sustancias, para encarecer la oferta y así reducir la demanda, no ha tenido efectos significativos sobre el consumo de drogas y solo aumenta los riesgos para los consumidores. Puntualmente sobre el glifosato, en la audiencia pública entre el gobierno y la Corte Constitucional, el exministro de salud Alejandro Gaviria mencionó que para erradicar completamente una hectárea de cultivo hay que fumigar 30, y que esta operación cuesta 70.000 dólares al año (alrededor de 250 millones de pesos por hectárea), recursos que se pierden pues lo único que se logra es que las comunidades se desplacen, amplíen la frontera agrícola, lo cual implica deforestación, y vuelvan a cultivar coca y marihuana, dadas las pocas oportunidades que hay para su supervivencia. Dato para tener en cuenta cuando se avecina una nueva reforma tributaria…
La sustitución de cultivos, el asesinato de líderes y lideresas sociales
Ahora, en un reciente estudio de la Universidad de los Andes, elaborado por Lucas Marín Llanes, se plantea la existencia de una relación entre la implementación del Plan Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos (PNIS) y el masivo asesinato de líderes y lideresas sociales en distintos territorios del país. Tal como lo menciona Marín, en los municipios que han sido beneficiarios por el PNIS, y hay bajas tasas de resiembra (reduciendo las hectáreas de cultivo), han aumento las tasas de asesinatos y amenazas a líderes y lideresas sociales, esto porque las intervenciones realizadas no tienen en cuenta los desequilibrios sociales que pueden generar, causando esta indeseable consecuencia (Marín Llanes, 2020).
De la misma manera, esto es causa por la insistencia en la guerra contra el narcotráfico, en la que se van buena parte de los recursos públicos, aunque sea completamente inútil, desconociendo otras problemáticas de seguridad que deberían ser prioridad si lo que se pretende es proteger la vida y la seguridad de las personas, tales como la minería ilegal, el tráfico de armas, la trata de personas, etc. Si a esto se le suma poca intervención social del Estado en gran parte de los municipios del país, las altas tasas de impunidad y la poca eficacia de órganos encargados de investigar y capturar a los culpables de los crímenes cometidos contra los líderes y las lideresas, esta problemática está lejos de desaparecer.
Conclusiones
No sorprende que el gobierno encabezado por Iván Duque insista en las mismas políticas prohibicionistas, que han fracasado en todos los objetivos que se ha propuesto. Pero sí resulta indignante que se tomen este tipo de decisiones, sin la más mínima consideración con las comunidades afectadas, y con recursos públicos, que se supone están escasos en vistas de la nueva reforma tributaria que se avecina. Retomar la erradicación con glifosato no va a solucionar nada, solo es una pérdida irrecuperable de recursos destinada a envenenar comunidades, ríos y bosques.
Así mismo, mientras la alternativa sea la de sustituir cultivos, sin planes de infraestructura e intervención social en salud y educación, se está dejando a los líderes sociales a merced de los grupos ilegales que se mantienen a costa de la misma prohibición, dejando, finalmente, a los más vulnerables entre el fusil y el glifosato.
Bibliografía
FEARNSIDE, P. M., FERRANTE , L., & FEARNSIDE, P. (2020). Evidence of mutagenic and lethal effects of herbicides on Amazonian frogs. Acta Amazonica, 363-366. Obtenido de https://doi.org/10.1590/1809-4392202000562.
Gaviria, A. (15 de Mayo de 2019). Audiencia pública seguimiento a órdenes de sentencia T-236 de 2017 (aspersión aérea con Glifosato). 2h:42min:32seg. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=zs7CWj_7YX8
IARC. (2015). Monograph on Glyphosate.Lancet Oncol. doi:https://doi.org/10.1016/S1470-2045(15)70134-8
Marín Llanes, L. (2020). El asesinato de líderes sociales: efecto no intencionado de la sustitución de cultivos de uso ilícito. Comnentario de Política, 1-11. Obtenido de https://cesed.uniandes.edu.co/el-asesinato-de-lideres-sociales-efecto-no-intencionado-de-la-sustitucion-de-cultivos-de-uso-ilicito/
Salazar López, N. J., & Aldana Madrid, M. L. (2011). HERBICIDA GLIFOSATO: USOS, TOXICIDAD Y REGULACIÓN. Revista de Ciencias Biológicas y de la Salud, 23-28.