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La ciencia detrás de la microdosificación con hongos: Más allá del efecto placebo

La ciencia detrás de la microdosificación con hongos: Más allá del efecto placebo

Por: Sebastián Iguarán, Psicólogo Voluntario Medellín

En los últimos años, se ha visto un vertiginoso aumento del uso, producción y comercio de la microdosis con hongos psilocibios. Lo anterior, relacionado con la hipótesis de que las dosis superceptuales (0,1-0,2gr de hongos secos), producen efectos que no afectan la vida cotidiana y que están por debajo del umbral psicodélico habitual; incluyendo beneficios como ayudar a optimizar el estado de ánimo, la función cognitiva, concentración mental, potenciar la creatividad y las habilidades para resolver problemas, promover la flexibilidad cognitiva y afectar positivamente a la empatía, reduciendo los niveles de divagación mental (Hutten et al., 2019; Lea et al., 2020, retomado por Cavanna et al., 2022; Polito & Stevenson, 2019). Esta popularidad ha sido relacionada con el libro de La guía del psiconauta de Fadiman (2011) y se ve reflejada en datos que representan el 7% de los encuestados en la Encuesta Global de Drogas de 2019, los cuales informaron tener esta práctica (Petranker et al., retomado por Polito & Liknaitzky, 2022). Sin embargo, existe en la comunidad científica una controversia relacionada con su verdadera efectividad, por ello, muchos investigadores creen que sus beneficios son un efecto placebo, que es respuesta positiva o mejoría en un usuario/persona debido a la creencia en el tratamiento, incluso sin efectos farmacológicos reales. Así, en este artículo se discutirán el panorama general, los argumentos y evidencia de investigaciones a favor y en contra acerca de la microdosificación, concientizando acerca de los efectos adversos y mencionando los retos de este tratamiento, con el fin de difundir la información actual a la luz de la ciencia.

Así pues, según Ona & Bouso (2020), en una revisión sistemática de alta calidad metodológica, los datos acerca de los beneficios reportados han sido recolectados, mayormente, por medio de entrevistas online, las cuales tienen un alcance exploratorio (orientación para próximas investigaciones) y descriptivo (caracterización de fenómenos). Por ejemplo, en encuestas online han encontrado una mejora del estado de ánimo (26.6%), mayor concentración (14.8%), aumento de la creatividad (12.9%), autoeficacia (11.3%), y mayor energía (10.5%), reducción en el consumo de cafeína (44.2%), tabaco (21%), cannabis (30.3%), medicamentos psiquiátricos recetados (16.9%) y sustancias ilícitas (16.1%) (Anderson et al., 2019a). Asimismo, otros autores han encontrado mejoras en la memoria (38.8%), atención (59%) y sociabilidad (66.5%) (Cameron et al., 2020).  Otro estudio, mediante un enfoque naturalista y de observación, siguió a un grupo de personas que practicaban la microdosificación de psilocibina (953 participantes) y a un grupo de comparación que no lo hacía (180 participantes) durante aproximadamente un mes, en el cual se encontraron mejoras modestas a moderadas en el estado de ánimo y la salud mental (Rootman et al., 2022).

Por otra parte, han sido pocos los estudios por medio de ensayos clínicos que tienen un mayor alcance explicativo (relacionar causas entre las variables), que hayan encontrado información a favor y más han sido los resultados que atribuyen los beneficios a las expectativas o efecto placebo. De hecho, una investigación doble-ciego con uso de placebo como control comparativo, midió las dimensiones de efectos subjetivos, conducta, creatividad, percepción, cognición y actividad cerebral en 34 sujetos que consumieron 0.5 g secos de Psilocybe cubensis; en el cual se halló que los efectos agudos fueron más intensos con la dosis activa que con el placebo, posiblemente debido a que un 75% descubrió la diferencia entre el placebo y la dosis real. Por otra parte, se observaron “resultados neutros o indicaciones de deterioro cognitivo y una disminución en la actividad cerebral en la banda theta”, los cuales fueron medidos con cuestionarios validados estadísticamente y con el uso de un encefalograma.

Por ello, estos resultados sugieren que las expectativas pueden estar relacionadas con los beneficios reportados en encuestas anecdóticas (Cavanna et al., 2022). En otro estudio con doble ciego y controlado con placebo, se investigó si las microdosis de psilocibina repetida durante 3 semanas modula el procesamiento emocional y reduce los síntomas de ansiedad y depresión, en el que se encontró que las microdosis de psilocibina no afectaron el procesamiento emocional ni los síntomas de ansiedad y depresión en comparación con el placebo; los autores recomiendan la necesidad de más investigación con sujetos primerizos y con síntomas depresivos/ansiosos claros (Marschall et al., 2022).

 De este modo, en la actualidad el conflicto se podría resumir en términos de metodología, debido a que en el caso estudios en los diseños exploratorios y descriptivos, tienen alta validez externa, lo cual es generalización y aplicabilidad a distintos contextos diferentes al estudio por la cantidad de datos recolectados; y en el caso de los diseños explicativos, especialmente de tipo ensayo clínico, la validez interna es mayor debido al control de variables (expectativas de los investigadores/sujetos, efecto placebo, sesgos, etc.)  estrictamente controladas, por ello, la evidencia científica acerca de la eficacia de la microdosis es todavía muy débil y mayormente anecdótica (Ona & Bouso. 2020).

Por otra parte, es importante recordar que, a pesar de la relativa seguridad de las microdosis de psilocibina hay una serie de efectos adversos, los cuales han sido agrupados en cinco categorías principalmente:

  • Impactos en el estado de ánimo (ansiedad, tristeza, irritabilidad, empeoramiento de síntomas depresivos)
  • Molestias físicas (sobre estimulación, alteración de los sentidos y desregulación de la temperatura)
  • Funcionamiento cognitivo (facilidad de distracción y disminución del desempeño en tareas específicas)
  • Problemas en la salud mental (insomnio, disociación, despersonalización y rumiación excesiva)
  • Habilidades sociales (sensaciones de incomodidad, compartir en exceso, dificultades de producción de oraciones)

Con todo, entre los problemas más comunes, se encuentran el aumento de la ansiedad y el insomnio. Estos efectos se han visto al menos en 1 de cada 15 practicantes de la microdosificación (Hutton et al., Anderson et al. retomado por Ona & Bouso, 2020). En síntesis, los riesgos y beneficios son todavía muy contradictorios, mientras unos muestran mejoras otros practicantes presentan empeoramiento en las áreas que trataban mejorar y en otras no afectadas (Ona & Bouso, 2020).

En este orden de ideas, en concordancia con otros autores los “estudios observacionales no controlados respaldan los informes anecdóticos, pero por su diseño, estos estudios no pueden proporcionar evidencia más allá de los beneficios del placebo” (Szigeti et al., 2021). En contraparte, otros autores mencionan que, a pesar de la existencia de algunos estudios y comentarios académicos que relacionan los efectos positivos con el placebo o las expectativas, hay ocho razones de “por qué las afirmaciones actuales de que la microdosificación es predominantemente un placebo, son prematuras y posiblemente incorrectas”: 1) Pocos estudios controlados; 2) Tamaños de muestra pequeños; 3) Efectos dependientes de la dosis; 4) Investigación limitada de dosis; 5) Posible subdosificación; 6) Enfoque en poblaciones no clínicas; 7) Sesgo de selección en estudios; 8) Impacto pequeño de la expectativa. Por lo cual, con la evidencia actual, no se puede afirmar si la microdosificación es un placebo y se presentan como retos para próximas investigaciones, en la que “la próxima fase de trabajo debe centrarse en investigaciones confirmatorias bien controladas” (Polito & Liknaitzky, 2022; Polito & Liknaitzky, 2023). Además, ante las objeciones sobre la eficacia, se hipotetiza una optimización del balance entre la persistencia y flexibilidad cognitiva (Prochazkova et al., 2018), que podría no estar siendo correctamente medida por los test psicométricos, el entorno clínico sin la estimulación habitual de la vida y la sutileza de los efectos, que debido a la poca cantidad de sujetos examinados, no son apreciados por los ensayos clínicos y si por los cuestionarios masivos; de este modo, las diversas metodologías de investigación deberían ser consideradas complementarias y no concluyentes por sí solas  (Ona & Bouso, 2020).

En este sentido, teniendo en cuenta que a pesar de aún no contar con con evidencia contundente acerca de los beneficios de las microdosis de hongos, existe una amplia difusión y demanda de usuarios que microdosifican, por lo que se sugiere una serie de recomendaciones finales, entre ellas:  En primer lugar, llevar a cabo los procesos de microdosificación con la asistencia o acompañamiento de un profesional en salud mental y capacitada en esta área, dada la importancia de la preparación e integración psicológica, para aprovechar al máximo los posibles beneficios hipotetizados o, mínimamente, reducir los efectos adversos evidenciados en los diferentes estudios (Sessa, 2018). Esto incluye los procesos de asimilar y trabajar con las experiencias resultantes de experiencias psicodélicas, con el objetivo de integrar los insights terapéuticos, es decir, la comprensión profunda e intuitiva de una situación, problema o concepto  en la vida cotidiana del individuo, con la guía de un terapeuta. En segundo lugar, es fundamental mantener un registro escrito del ciclo de dosis y suspender el consumo de la sustancia si se observa una exacerbación de los síntomas o la aparición de otros efectos negativos. En tercer lugar, es crucial evaluar la presencia de problemas cardíacos, ya que se ha planteado la posibilidad de fibrosis y valvulopatías debido a la estimulación prolongada de los receptores de serotonina del subtipo 2B (5HT-2B) por el consumo prolongado de psilocibina (Rouaud, Calder & Hasler, 2024). Finalmente, también se aconseja tener precaución con el origen de las microdosis, ya que, al ser producidas artesanalmente, la concentración farmacológica de la psilocibina puede variar incluso en muestras del mismo cultivo.

Referencias:

Anderson, T., Petranker, R., Christopher, A., Rosenbaum, D., Weissman, C., Dinh-Williams, L. A., … & Hapke, E. (2019). Psychedelic microdosing benefits and challenges: an empirical codebook. Harm reduction journal, 16(1), 1-10.

Cavanna, F., Muller, S., de la Fuente, L. A., Zamberlan, F., Palmucci, M., Janeckova, L., … & Tagliazucchi, E. (2022). Microdosing with psilocybin mushrooms: a double-blind placebo-controlled study. Translational Psychiatry, 12(1), 307.

Cameron, L. P., Nazarian, A., & Olson, D. E. (2020). Psychedelic microdosing: prevalence and subjective effects. Journal of psychoactive drugs, 52(2), 113-122.

Hutten, N. R., Mason, N. L., Dolder, P. C., & Kuypers, K. P. (2019). Motives and side-effects of microdosing with psychedelics among users. International Journal of Neuropsychopharmacology, 22(7), 426-434.

Lea, T., Amada, N., Jungaberle, H., Schecke, H., & Klein, M. (2020). Microdosing psychedelics: Motivations, subjective effects and harm reduction. International Journal of Drug Policy, 75, 102600.

Marschall, J., Fejer, G., Lempe, P., Prochazkova, L., Kuchar, M., Hajkova, K., & van Elk, M. (2022). Psilocybin microdosing does not affect emotion-related symptoms and processing: A preregistered field and lab-based study. Journal of Psychopharmacology, 36(1), 97-113.

Ona, G., & Bouso, J. C. (2020). Potential safety, benefits, and influence of the placebo effect in microdosing psychedelic drugs: A systematic review. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 119, 194-203.

Polito, V., & Stevenson, R. J. (2019). A systematic study of microdosing psychedelics. PloS one, 14(2), e0211023.

Polito, V., & Liknaitzky, P. (2022). The emerging science of microdosing: A systematic review of research on low dose psychedelics (1955–2021) and recommendations for the field. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 139, 104706.

Polito, V., & Liknaitzky, P. (2023). Is Microdosing a Placebo?.

Prochazkova, L., Lippelt, D. P., Colzato, L. S., Kuchar, M., Sjoerds, Z., & Hommel, B. (2018). Exploring the effect of microdosing psychedelics on creativity in an open-label natural setting. Psychopharmacology, 235, 3401-3413.

Rouaud, A., Calder, A. E., & Hasler, G. (2024). Microdosing psychedelics and the risk of cardiac fibrosis and valvulopathy: Comparison to known cardiotoxins. Journal of Psychopharmacology, 02698811231225609.

Rootman, J. M., Kiraga, M., Kryskow, P., Harvey, K., Stamets, P., Santos-Brault, E., Kuypers, K. P. C., & Walsh, Z. (2022). Psilocybin microdosers demonstrate greater observed improvements in mood and mental health at one month relative to non-microdosing controls. Scientific Reports, 12(1). https://doi.org/10.1038/s41598-022-14512-3

Sessa, B. (2018). The 21st century psychedelic renaissance: heroic steps forward on the back of an elephant. Psychopharmacology, 235(2), 551-560.

Szigeti, B., Kartner, L., Blemings, A., Rosas, F., Feilding, A., Nutt, D. J., … & Erritzoe, D. (2021). Self-blinding citizen science to explore psychedelic microdosing. Elife, 10, e62878.

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